La historia ha sido recogida por varios medios de comunicación que ha hecho evidente la necesidad de prevenir en los centros educativos de primaria y secundaria las conductas autolesivas y  actuar ante  la ideación suicida de los alumnos. Los docentes se sienten desprotegidos ante el aumento de casos y  la sensación de “desprotección” , la falta de herramientas y por los datos oficiales.

“Algo les pasa, no es una llamada de atención” argumentan ante la subida alarmante de casos de autolesiones y suicidios entre los alumnos.

Hace unas semanas, una alumna de 15 años de un instituto público de Zaragoza le confesó a una de sus profesoras lo que consideraba un secreto. Le contó cómo había planificado su muerte y que estaba decidida a hacerlo. “Por favor, no se lo digas a mis padres”, le pidió. Unos meses antes, el Gobierno de Aragón había aprobado por primera vez en el entorno educativo un protocolo para la prevención del suicidio y las autolesiones ―daños físicos autoinfligidos―. Según esa guía, esa conducta respondía a una ideación suicida, considerada de riesgo alto. El equipo directivo la derivó a atención primaria, y allí le dieron una cita en la unidad de salud mental infanto-juvenil. La familia no acudió. Los sanitarios alertaron a los responsables del instituto de la falta y la directora volvió a la carga. Se puso en contacto con la familia y le explicó la obligación de asistir. “No le habían dado importancia, habían minimizado el riesgo”, explica la máxima responsable del centro. Un día más tarde, la alumna quedó ingresada.

En los últimos meses, cinco autonomías han aprobado guías en este sentido.

Matilde De La Cruz Solis

Matilde De La Cruz Solis

Licenciada en Geografía e Historia. Ha trabajado como bibliotecaria en el Hospital Universitario de Badajoz. En la actualidad, jubilada y vocal en Aexfatp, Asociación Extremeña de Familiares y Afectados por Trastorno de Personalidad.

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