Etiquetas
Siempre he odiado las etiquetas. Considero que limitan nuestra propia vida y la de los demás. Sin embargo, estaré eternamente agradecida al doctor que, finalmente, puso nombre a lo que me ocurría, colocándome así en el cajón de afectados por un mal concreto cuyo nombre desconocía, pero cuyos síntomas me atormentaban desde siempre.
Desde que tengo memoria he sufrido síntomas, agravados por el tiempo, que no alcanzaba a entender. “Siempre has hecho cosas muy raras” dice mi pobre madre. Pues quienes sufren una enfermedad mental saben que el daño es como una onda expansiva que alcanza a todo su entorno: familia, amigos, compañeros…
El periplo de consultas, terapias y tratamientos farmacológicos ha sido realmente importante, así como los diagnósticos que se me han atribuido: depresión, bipolaridad, trastorno de ansiedad generalizada, estrés postraumático, trastorno de alimentación,… Hubo un doctor incluso que, tras un mes cuidándome mientras estuve ingresada en la unidad de psiquiatría, concluyó que lo que tenía era mucho teatro y ganas de llamar la atención. Se me cayó el alma a los pies. Imagínense el daño que esto puede llegar a causar. Me pregunto si él es consciente de ello.
Al final, los síntomas no solo no remitían sino que empeoraban. Y yo seguía preguntándome qué estaría haciendo mal.
Tras mucho, mucho insistir, finalmente, mi psiquiatra tras más de diez años, me confesó que sufría Trastorno Límite de Personalidad. Enmudecí. Y tuve sentimientos encontrados. Por un lado, acababa de caer sobre mis hombros una enorme y pesada losa que sabía cargaría por el resto de mi vida. Pero por otro, sentí un alivio difícil de explicar. Por fin me liberé del peso de la culpa que me había mortificado durante tantos años. ¡No era mala persona, es que tenía un problema! Todas las piezas empezaban a encajar perfectamente y lloré. Lloré mucho, por no entender cómo se me había ocultado el diagnóstico durante tantos años.
Tras el shock inicial, me puse en marcha para buscar ayuda específica y fue así que di con AEXFATP, a los que estoy tan agradecida. Da gusto encontrar personas con las que compartir vivencias, de tú a tú, y profesionales que entienden perfectamente lo que te ocurre y te ayudan con los brazos abiertos.
Por esto y otras muchas cosas que voy descubriendo, me alegro, por una vez, de saber el nombre de esta etiqueta que, al fin, me corresponde.
Elena Torres, afectada por TLP, Licenciada en Bellas Artes y Docente.
Hola Elena. Me siento totalmente identificado con lo que expresas en tu artículo. Muchas gracias por compartir abiertamente tu experiencia y sentimientos.