AUTORA: Transgresión.
He dejado a un lado la poesía
Hace tiempo que lo hice y me sangra por dentro como una herida que noto pero que olvido por falta de tiempo para curarla.
No puedo sanarla como no puedo sanarme, pues sólo escribiendo se hace eso.
No me siento bajo la luz de un flexo y escribo mis cartas aunque las llevo, y por las noches cuando me voy a la cama resuenan en mi cabeza cada palabra atormentándome por dentro.
Quieren salir y no las dejo.
Y versos que pondrían pieles de punta, pelos en el suelo, agarrotadas las manos, tenso el cuello clavadas largas uñas contra palmas cerradas en puño sobre los muslos de un cuerpo sentado como los de aquellos que se sientan a esperar. A escuchar.
Versos que gritan porque mueren,
doliendo y en el olvido sin dejar rastro en este mundo en el que nacieron para ser escritos. Y mi pacto no lo cumplo.
No me da el tiempo.
No tengo el espacio.
Me rodea quien no me da mis tiempos,
quien me anula, roba y consume la energía
y quien me invade por completo.
Quien me exige que agradezca por cada favor que dentro de la base humana más básica se encuentra, como si para valorar tuviera que ser esclavo. Como si eso se exigiera.
No escribo poesía y mientras mis cartas mueren a mí me mata por dentro.
Son las 5:53 de la mañana y sólo pido que si me olvidan por favor no olviden aquello que escribí antes de dejar de hacerlo.
Ruego a la luz que no me deje, y que pueda escribir poesía lo que de vida Dios me llene.
Pido que la vida me recuerde que si estoy en ella es para escribirla, y que si no lo hago se me arrebatará y por mí solita. Por mi mala cabeza. Porque estoy para eso. Para crear dentro de esta mierda que nos consume y explota a todos aquellos que salimos de ella y a otros que nos leen con la intención, propósito, ganas. Agarrándonos unos a otros en cadena. No se quién tira de todos pero todos tenemos la fuerza.
Y dime tú si no vale más quien piensa que quien al fin y al cabo por un título y falta de experiencia; falta de vivencias de otras vidas, falta de alma vieja, provoca revoluciones contra aquello que gobierna, insostenible y que anula. Gracias por crear el movimiento. La rabia que nos impulsa. Gracias por recordarnos que el mundo no es de quien lleva el mando sino de aquellos que provocan revoluciones con sus palabras y actos,
pero no como vosotros ignorantes bastardos.
Aquellos que te llenan de esperanza y te abren la conciencia. Porque siempre está, pero cerrada hasta que llega una eminencia.
Aquellos que te inspiran con sus cartas; no vosotros que llenáis de cartas los buzones para cobrar el agua, la luz, el aire. Revoluciones levantadas por nosotros contra nadie, porque no somos como vosotros.
No queremos aplastaros, pero esta revolución es gracias a ti que tienes mando, título y las cartas para enviar. A fin de mes y en medio de pandemia mundial muy pocos cobrarán si antes eran pocos los que cobraban.
Esta revolución va para ti, para que bajes del escalón en el que te has subido por tu codicia, frustraciones, traumas y ego surgido a partir de todas las anteriores.
Te amo porque estás vivo; gracias por la revolución,
ahora nos toca a los revolucionarios que la levantamos.
Ya no escribo poesía, y que pena. Pero volveré a hacerlo cuando como hoy, personas como Isla Correyero me recuerden quién soy, y qué hay dentro de mi.
Que se oculta y que no observo tras la lucha diaria contra mí misma y mis ganas de morir. O quizás a mi favor aunque a veces no lo sepa. No lo sé. Es tanto lo que se me camufla…
Que hay detrás de aquello que me inculcaron y que en estómago náuseas provoca si hay un chakra justo en el lado. Y es que no puedo. No estoy hecha para eso. Para morir digo. Vomitar es lo que hago.
Ya no escribo poesía, y no dejaré de hacerlo
(No sé cuando volveré a escribir algo, pero por seguro que lo haré porque mi vida depende de lo que de mí sale. Lo que creo del verbo crear. Y sale arte. Creo que es por eso que me denominan artista, aunque no estoy muy segura porque nunca me gustaron los nombres que me ponían. Cuando bailo soy “la asquerosina”, y eso me inspira. No sé cuándo volveré a escribir pero lo haré porque siempre vuelvo al fuego, a la explosión,
a lo salvaje, lo puro e intenso, brutalidad, un nervio,
el torbellino, empoderamiento y al temperamento. Suelo volver a lo bueno. No sé cuándo volveré a escribir pero lo haré porque siempre vuelvo a mí misma.)
Somos la Asociación Extremeña de Familiares Afectados por Trastorno de Personalidad, (AExFATP), cuyo nacimiento viene condicionado por la soledad en la que nos encontramos los familiares de estos pacientes y la necesidad de localizar personas con problemáticas similares que comprendan la situación tan crítica a la que nos vemos abocados.
Antes de entrar en la asociación todos los miembros tenemos experiencia en peregrinajes por profesionales terapeutas tratando de poner una etiqueta a lo que está ocurriendo.
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