Esta es una historia real, no de esas que aparecen en los documentales de la tele, en los dibujos animados, en las fábulas. Mi hermano Carlos vive en el campo, conoce muy bien a los pájaros porque es zoólogo y su especialidad es el comportamiento animal.
Después del confinamiento era obligatorio desbrozar la parcela en la que viven. Las cuchillas de la desbrozadora estuvieron a punto de llevarse por delante a un pollo de urraca. Era pequeñito, con pocas plumas, no sabía volar y debía haber caído de algún nido de los alrededores. Carlos lo colocó en un lugar visible para que los padres lo viesen y lo recogieran, cosa normal entre los pájaros. Pero estos padres no debían ser normales porque no aparecían y el pajarito debía tener hambre. Carlos tiene experiencia en estas cosas así que se acercó a él con un trocito de jamón. El pollo, que no debe tener ni una pluma de tonto, se lo zampó. Lo cogió y protegió debajo de un improvisado jaulón sin suelo. A partir de ahí cada 3/4 de hora Carlos se acercaba al pájaro que se ponía a piar como loco y abría el pico para tragar todo lo que se le ofrecía: Huevo cocido con pan rallado, melón, sandía. Carlos se acercaba, le subía la protección de la jaula y Chisme (desde ahora le vamos a llamar así porque es el nombre que le ha puesto), saltaba a sus rodillas y comía. Eso sí, debía llevarlo a todas partes o estar en casa cada 3/4 de hora, como máximo, para darle su comida.
Carlos también tiene una perra, Gaucha, joven e intranquila. Por esa razón, debía proteger a Chisme con la jaula.
Pero un día Carlos pensó hacer un experimento. Sacó a Chisme cuándo estaba cerca Gaucha. Al principio la perra se puso nerviosa e intentó atacar a Chisme, pero Carlos comenzó a decirle “NO” y al cabo de varios intentos la perra lo aceptó y se hicieron amigos.
Ahora se llevan muy bien, comparten juegos y siestas y Chisme se pasea encima de Gaucha.
Lo único que no le gusta a Gaucha es que el caprichoso pajarito se pose encima de su cabeza porque le pincha.
Incluso Chisme se permite el lujo de tomar el sol a sus anchas, sin miedo a ser atacado por Gaucha.
Como veis en esta última foto, Chisme ya ha crecido. Carlos está deseando que empiece a volar a ver si se va y se libra de la crianza. Veremos si no es de esos retoños que se pegan a sus padres, porque entonces Carlos lo tiene crudo.
Licenciada en Geografía e Historia. Ha trabajado como bibliotecaria en el Hospital Universitario de Badajoz. En la actualidad, jubilada y vocal en Aexfatp, Asociación Extremeña de Familiares y Afectados por Trastorno de Personalidad.
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