El Mindfulness es considerado como una filosofía de vida, que incluye la práctica de la meditación.

Es una técnica muy antigua  adoptada en occidente de las tradiciones budistas, está relacionada con la espiritualidad y con el acto de meditar de estos monjes pero no es una práctica que se vincule directamente a esta religión.

Este método  de hace más de 2.500 años tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, dejando de lado creencias y religiones personales.

El Mindfulness desarrolla la capacidad  de poder estar en el presente y de “recordarnos” estar en él. Es decir, concentrarnos en volver al aquí y ahora, focalizar la atención en el momento, aceptándolo sin más, ni cambiar ni juzgar nada. Su significado es: Conciencia plena.

Si lo incluimos en nuestra rutina diaria, conseguimos muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Es muy positivo para el autocontrol, desarrollo de la resiliencia, y para mejorar los niveles de salud.

La persona que practica esta técnica, experimenta una conexión muy estrecha con su cuerpo, su mente y sus emociones.

El Mindfulness es un estado que se alcanza a través de la práctica de la meditación. El objetivo es lograr un profundo estado de consciencia durante la sesión para ello se usan varias técnicas concretas la palabra Mindfulness es la capacidad humana  de poder estar en el presente y de “recordarnos” estar en el presente. Es decir, constantemente volver al aquí y ahora. Buscamos conseguir que nuestra consciencia se relaje y no elabore juicios a nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos.

Lo recomendable, es empezar practicando varios minutos al día, e ir ampliando hasta adquirir una rutina de 30 minutos diarios. Para ello puedes seguir estos pasos:

-Encuentra tu momento tranquilo del día: al despertarte, antes de dormir, a media tarde…

-Escoge un ambiente o sitio relajado: libre de ruidos y distracciones, buena temperatura…

-Ponte cómodo: la ropa holgada y una buena postura son esenciales.

-Céntrate en tu respiración: concéntrate en el aire que entra por tu nariz y cómo vuelve a salir, llevándose con él todo lo malo.

Deja que aparezcan libremente los pensamientos y emociones que vayan surgiendo: No los juzgues, siéntete neutral.

Con la práctica, poco a poco, aumentamos nuestra capacidad de están en el momento y el lugar, pudiendo dirigir el rumbo de tu propia vida, sin que tus sentimientos ni pensamientos lo hagan por ti.

Con el Mindfulness aprendemos a tolerar el impulso de seguir patrones que no nos sirven.

Tener un espacio para practicarlo en el día a día es una experiencia cada vez más habitual.

Tomar unos minutos para reconectar en la hilera de multitarea se ha convertido en una experiencia cada vez más gustosa y demandada,  y que todo ser vivo busca un lugar donde descansar.

“Solo existen dos días al año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente, vivir” Dalai Lama.

 

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